Andersen tuvo siempre un interés particular por el arte, lo que lo llevo originalmente a desarrollar obras teatrales, lastimosamente sin mucho éxito. Por causas económicas e intereses personales, Andersen viajo a Londres donde entablo una amistad con el reconocido Charles Dickens que lo llevo a involucrarse en el mundo literario.
Andersen tuvo el particular interés del desarrollo de obras fantásticas dando alusión a un interés en la personificación. Mucha de su inspiración en el momento de escribir se debe a las narraciones mitológicas. Sus obras, ante todo fueron orientadas hacia el publico infantil ya que involucraba personajes de ficción en la mayoría de ellas. Para Andersen, era de vital importancia generar espíritu y acciones humanas e implementarlas en sus personajes ficticios.
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